lunes, 28 de agosto de 2017

ICEBERG







El iceberg imaginario


Preferimos el iceberg que el barco,
a pesar de que significara el final del viaje.
A pesar de que se quedó inmóvil como una roca nublada
y todo el mar se moviera como el mármol.
Preferimos el iceberg que el barco;
preferimos poseer esta llanura de nieve que respira
aunque las velas sean tendidas sobre el mar
como la nieve que yace sin disolverse sobre el agua.
Oh solemne campo flotante,
¿eres consciente de que un iceberg reposa
junto a ti y podría pastar en tus nieves cuando despierte?

Por esta escena daría sus ojos un marinero.
El barco es ignorado. El iceberg se levanta
y se hunde otra vez; sus cumbres cristalinas
corrigen elípticas en el cielo.
Esta es una escena en la que el que pisa las tablas
es cándidamente retórico. El telón es bastante ligero 
para ser levantado por las más finas cuerdas
que irreales giros de nieve proveen.
El ingenio de estas blancas cimas
discute con el sol. Su aplomo desafía el iceberg 
sobre un vacilante escenario y se para y mira fijo.

El iceberg corta sus facetas desde adentro.
Al igual que joyas de una tumba
se adorna y salva perpetuamente 
a sí mismo, tal vez las nieves
que tanto nos sorprenden tendidas en el mar.
Adiós, decimos adiós, el barco navega hacia
donde las olas sucumben dentro de otras olas
y las nubes huyen a un cielo más cálido.
Los icebergs se deben al alma
(de elementos menos visibles ambos se hicieron a sí mismos)
para verlos así: corpóreos, pálidos, erguidos indivisibles.







We'd rather have the iceberg than the ship, 
although it meant the end of travel. 
Although it stood stock-still like cloudy rock 
and all the sea were moving marble. 
We'd rather have the iceberg than the ship; 
we'd rather own this breathing plain of snow 
though the ship's sails were laid upon the sea 
as the snow lies undissolved upon the water. 
O solemn, floating field, 
are you aware an iceberg takes repose 
with you, and when it wakes may pasture on your snows? 

This is a scene a sailor'd give his eyes for. 
The ship's ignored. The iceberg rises 
and sinks again; its glassy pinnacles 
correct elliptics in the sky. 
This is a scene where he who treads the boards 
is artlessly rhetorical. The curtain 
is light enough to rise on finest ropes 
that airy twists of snow provide. 
The wits of these white peaks 
spar with the sun. Its weight the iceberg dares 
upon a shifting stage and stands and stares. 

The iceberg cuts its facets from within. 
Like jewelry from a grave 
it saves itself perpetually and adorns 
only itself, perhaps the snows 
which so surprise us lying on the sea. 
Good-bye, we say, good-bye, the ship steers off 
where waves give in to one another's waves 
and clouds run in a warmer sky. 
Icebergs behoove the soul 
(both being self-made from elements least visible) 
to see them so: fleshed, fair, erected indivisible. 




Elizabeth Bishop (versión de Juan Carlos Villavicencio).




















Iceberg


                                  todo lo que refleja el espejo de estas palabras
                                                                                                        es el poema
                                                                                            Andrés Montenegro



Antes que nada
un iceberg no es un iceberg
un iceberg es blanco
en su sentido de contradicción
sólo es igual a sí mismo
no hay hielo
no hay mar
podría llamarse
isla
borde
pero lo llamaremos iceberg
a secas
es un todo con su parte visible
se vive a sí mismo
en un espejo infinito de posibilidades
todo lo que no muestra el iceberg
es profundidad
la soledad es apenas un aspecto
todos los iceberg están conectados
en esa profundidad
un iceberg necesita construir
sus propias capas de realidad
luz y sombra es su única verdad
los iceberg nacen y mueren
su profundidad es una
y durará
más que la desaparición
de su parte visible
entender que la esencia del iceberg
y su modo de estar
es vivir de sí y para sí
y no respecto de los otros
su aparente división es ilusión
la religión del iceberg
es la unidad
un único destino
lo otro es lo uno
la dimensión del tiempo
la dimensión del espacio
es un error
el arte del iceberg
es la tensión
su victoria o su derrota
es apariencia
bailan su danza
para que todo sea
no hay nada
fuera de su estructura
su conocimiento
está marcado por los límites
lo que no es
es lo que no se puede conocer
la nada sostiene la profundidad
lo bueno y lo malo
lo bello y lo feo
lo finito y lo eterno
matices que se proyectan
en la apariencia
discurso que siempre
será el rótulo del vacío
disfraz de lo escondido
dos iceberg crecen
juntos como las gotas
de una misma ola
una misma pregunta
en el mar de lo posible
el iceberg se construye
en un único espejo
donde su riesgo es la distorsión
el error es parte
de la verdad del iceberg
sólo así crece
se separa del resto
y busca la totalidad
que abre su corazón de luz
todos los iceberg
tienen un mismo idioma
el blanco escribe sobre el blanco
donde solamente algo es
si se transforma en blanco
los colores no sirven para explicar
la dimensión de su verdad
todos los icebeg son iguales
todos los iceberg son distintos
la igualdad y la desigualdad
son categorías de la apariencia  
todo lo que nace muere
tuvo su parte en la función
la muerte es lo no visible
de la función
ser invisible es ser parte
de la eternidad
la falacia del iceberg
es la mirada de los otros
un fantasma
con que se juzga a sí mismo
el iceberg no tiene
ningún fin específico
es un mapa de sinsentidos
que en su contradicción
se transforma en verdad
es caos
es cosmos
no hay lugar para dios
el blanco no se alimenta de plegarias
sólo de luz
la única manera de comprender
el iceberg es dejar que fluya
su altura debe buscarse
en su profundidad
y allí no hay testigos
el alma del iceberg es el silencio
lo que no es silencio es lo extraño
lo que distrae con su lógica
de la confusión
el canto del iceberg
es la finitud
más allá solo hay respuestas
a lo que no tiene preguntas
su lenguaje muere con la primera palabra
su silencio solo comulga con el silencio
la moral del iceberg
es no obedecer sus reglas
ser siempre su contrario
hallar un camino
donde no hay
no detenerse es el destino del iceberg
sin embargo está siempre en el mismo lugar
cuando pensamos en él
desaparece la respuesta
donde callamos
habita su resplandor
el iceberg nos muestra un camino
donde ir es un no ir
donde ser es una novedad del absurdo
más allá de lo que muere y nace
hay un sentido que no tiene sentido
las palabras mueren
la razón muere
el iceberg sólo precisa
de su ser
su absurdo
su gran ciclo
su vacío
su pureza
su nada


Daniel Martínez, Iceberg, Colectivo Semilla, Bahía Blanca, 2014.































domingo, 27 de agosto de 2017

MATERIAS




Fotografía de González-Alba.



















Materia


Miro a los niños. Uno, dos,
tres… El peso de
estos años
fue terrible
y casi no hay paz
en el
aire. ¿Quién
podrá
fuera de la política,
alejado del Capital,
decirme: este objeto
es pequeño
aquella alegría
es versátil
esto se inscribe
en el terreno de la
bondad?

Saludo con mi mano izquierda
a los próceres
del día
y camino
bajo la lluvia
a costa
del pasado.

La línea de la playa
es gris, pero hay
viento. En estos terrenos
fríos la pobreza
no es posible, el constante
sobresalto
se vuelve una moneda
real. Apoyo mis pies
en la arena, hago un hoyo
con mis manos,
arrojo
sin tristezas
un poco de materia

al aire.


Carlos Battilana, Materia, Vox, 2010; Sofía Cartonera, 2012.









Aguas que tiemblan, como blancas...

Aguas que tiemblan, como blancas
detrás de la pared
donde alguien escribió su nombre
y el nombre de alguien más
que una tercera mano corrigió o tachó
y la humedad o el hollín trabajaron
confundiendo ambos trazos
hasta no poder distinguir la A de la R,
la H de la M o de la U.
Fuerzas de la materia
que hablan para nadie,
ahí, sobre la pared
que antes fue una casa.
Habrá agua, pienso, cuando pase la lluvia,
detrás de esa pared,
reflejará las nubes, temblará.


Daniel Freidemberg, Lo espeso real, 1996. 









No placé

Detrás de cada palabra, el no ocioso
azar de materia líquida y fluyente
jamás alcanzará a probar algún
día que era verdad, idealmente nulo
y perfecto, nadie más, o quién
fue uno bajo síes y noes esparcidos
inauténticos, frágiles, equívocos.


Alberto Cisnero, El límite de la materia, Barnacle, 2015.