sábado, 4 de noviembre de 2017

MANZANAS



















Se le cayó la manzana

Se agachó sobre la huella,
sangrando
por dentro, y como diciendo
chala, overa, pelo, grueso, suelo,
almidón


Había un señor mirando hacia la tela celeste
recostado sobre cañas pasadas,
y arrodillados en el charco
los caballos de oro horroroso,
lamiendo pies, Y
de lo contrario hechos Y


Me vi cruzando mi propia
voluntad, con el cierre del sino
que había dado
aquel que va a cruzar: ni manzana
ni tiempo


José Villa, Escombro, Club Hem, 2016.









La huerta

He soñado
con el éxito.
He alimentado

la ambición.
He cambiado
noches de sueño

por horas de trabajo.
Ah, y he descubierto
cómo el brote suave

se convierte en fruta verde
que se convierte en fruta dulce.
Ah, y he descubierto

que todos los vientos son fríos
al final
y las hojas

tan lindas, tantas,
se evaporan
en el gran

envoltorio negro del tiempo
en el gran envoltorio negro
del deseo

y que la madurez
de la manzana
es su caída.


Mary Oliver, El pájaro rojo, versiones de Natalia Leiderman y Patricio Foglia, Caleta Olivia, 2017.









Cuando no hablaba

la palabra dispuesta en una cesta
la primera manzana



No encuentro el color, la línea.



Eso que llamaron lenguaje del arte,
hundió su risa ronca
en la de un principiante.



Eso que se llamó lenguaje
atrae ahora su dicha
parecida a un sexo dibujado: una manzana,
perfumada, brillante, desnuda...



Pero todavía no le explicaron
que es el sexo un dibujo.



No sabe y deja que vuelva
para quien vuelve a leer
la sombra de un balbuceo sobre sí.



Como en el sueño: la emoción de encontrarse
allí
con una noticia de sí mismo.


Arturo Carrera, Vigilámbulo, en Vigilámbulo. Poesía reunida, Adriana Hidalgo, 2014.










Hay cosas fáciles de contar.
Por ejemplo:
cuántas manzanas hay sobre la mesa.
Y más:
cuántas rojas, cuántas verdes.
Todo es sencillo mientras el sol
no apunte a lo indecible
y proyecte sombras.
Yo no sé
si la sombra de una manzana cuenta como sombra
o la sombra de una manzana cuenta como manzana.
A esta hora, quién sabe
cuántas manzanas hay.
Cuántas rojas, cuántas verdes,
cuántas manzanas negras sobre la mesa.
Ah. Las manzanas negras.
La cosa se complica cuando hay sombras.

Yo caminé hasta apretar mi corazón.

Alguien dirá que esto no cuenta como muerte.


Valeria Pariso, inédito.
















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