domingo, 25 de diciembre de 2016

CINCO LIEBRES










Liebre

Una estrella
me imanta los ojos.

Se escucha un estruendo.
Espero en la luz.



Soledad Castresana, Selección natural, Fondo Editorial Pampeano, Santa Rosa, 2011.






II

para la liebre, la luz de la linterna del cazador
es un pequeñísimo y muy raro amanecer
como cada mañana, se pone frente a la luz
y sabe que debe decir su oración, sabe
que es la hora en que halla rocío en el matorral o
la tibia pelusa de la cría
para la liebre, no encandilada sino sumisa
ante el amor del sol
el tiro de escopeta semeja el sonido
de una bandada disparándose al aire
aún si el fuego penetra su carne
aún si cae, su cuerpo no entiende
el triunfo del que caza, su viciado deporte
entiende, sí, el sueño que le embarga
y eso es siempre así
cada mañana

Elena Anníbali, La casa de la niebla, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2015.





Una liebre

Es una masa trepidante,
un radar de bigotes blandos.
El punto que concentra los saberes de lo vivo,
los movimientos, ese
ir y venir en la materia,
delgada y plana, de la oreja como un parche.
Toda la existencia sobre un cuerpo:
inminencias, distancias, intuiciones,
punzan en el pelaje que recibe
entre sus aspas crudas flechas de aire
amarillo y eriza el tiempo.

Leandro Llul, Maratón, 27 Pulqui, Buenos Aires, 2016.





mi vida como liebre lleva una bala
está en apuros y mira
entre las margaritas aplastadas y el granizo
cómo levanta el día sus alas de la hierba
en este punto de la llanura que desaparece
entre el miedo y la luz
donde el árbol solista canta muy despacio

Dolores Etchecopar, El cielo una sola vez, Hilos, Buenos Aires, 2016. 






En la ruta

Volviendo de Los Coihues
una liebre marrón cruza y a saltos
desafía velocidad y ruedas,
la eternidad hecha asfalto.
Veloz aparición
en la primera hora de la tarde:
una línea de puntos en el aire
delante de mis ojos.
Liebres,
aún siguen ahí,
y saberlo
me hace sonreír.
Seguro hay otra cerca.
La liebre es solitaria
pero se mueve en pareja.
Esa presencia
pone a las cosas
que daban vueltas
por mi mente
en un mejor lugar.
Logra
que yo vuelva a pensar
en el poema.
Que sienta otra vez
su inminencia riesgosa,
su zigzagueante acecho,
su perfecto señuelo.

Graciela Cros, Pampa de Huenuleo, Ediciones en Danza, en prensa. 







7 comentarios:

  1. Vale querida, gran alegría por estas Cinco liebres y tu auspicioso Deversoaver, felicitaciones! Mi liebre está inédita ahora pero por poco tiempo ya que en marzo aparecerá en mi nuevo libro "Pampa de Huenuleo" actualmente en manos de Ediciones en Danza quien ya está dándole forma gráfica. Lo mejor Vale para tu trabajo tan valioso, gracias, abrazo!

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  2. Que grata selección, por los poemas y por los poetas. Gracias!!

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  3. Qué buena noticia la de este blog, Val., la idea también es buena, porque es bien cierto que la memoria es analógica y un poema o un verso o dos, reverberan y te trae otro y este otro y otro y otro y así, quizá, hasta llegar a Homero. >También opera por asociación de ideas, claro. Será, entonces, una antología temática. Supongo que en este caso no serán sólo poetas argentinos, no? Y que las poetas mujeres no siempre superarán a los hombres. Auspicioso blog, lo voy a visitar con frecuencia. Te felicito. Un beso.

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  4. Gracias por pasar y comentar, Mar. Abrazo!

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  5. Me encantó este tramado, entrelazado de versos. Surge, como agua surgente, aunque sea analógica. Excelente hallazgo para traer poetas. Gracias

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